Bañado en electricidad. La galvanotecnia permite un revestimiento funcional.
Todos hemos tenido contacto en algún momento, con objetos galvanizados tal vez sin darnos cuenta: comenzando por la montura de unos anteojos, pasando por el conector de una cafetera o por la grifería cromada de un lavaplatos hasta los elementos galvanizados en un automóvil.
Por ejemplo, las herramientas o las tijeras se niquelan con esta tecnología para protegerlas
frente al óxido.
Con la galvanización, se refina un objeto de un metal conductor de la electricidad aplicando una fina capa de otro metal con ayuda de la corriente eléctrica. La galvanotecnia permite aplicar revestimientos funcionales con un grosor de apenas unas micras para emplear así los materiales de forma apropiada y eficiente.
¿Cómo funciona la galvanotecnia?
En primer lugar, se sumerge la pieza de trabajo en un baño consistente en una solución de sal metálica (electrolito) y se conecta al polo negativo de una fuente de corriente continua (cátodo).
El metal que debe separarse, por ejemplo, níquel, se sumerge también en el baño y se conecta con el polo positivo de la fuente de corriente continua (ánodo). La corriente eléctrica disuelve el metal del polo positivo, que se convierte así en iones metálicos. La pieza de trabajo atrae estos iones metálicos al polo negativo y estos se depositan
allí como fino recubrimiento metálico.
De este modo, el objeto que va a refinarse se recubre de forma homogénea por todas sus caras con oro, níquel, plata, cobre u otros metales.
Cuanto más tiempo se encuentre el objeto en la solución y mayor sea la corriente eléctrica, más gruesa será la capa de metal.
La galvanotecnia es la técnica química empleada en el recubrimiento de un conductor inmerso en un electrólito o un metal mediante una capa delgada metálica continua y adherente. Tras recubrir el objeto se puede decir que está “galvanizado”. Así mismo, la galvanotecnia puede llamarse galvanoplastia.
Podemos decir pues, que galvanizar es recubrir un metal con otro mediante electrolisis. Si no se emplea la electrolisis, no se habrá galvanizado.
¿Cuáles son los beneficios de la Galvanotecnia?
Mayor vida útil. Gracias a este proceso, los productos tendrán una vida más longeva. También influirá el grado de exposición de la pieza.
Poco mantenimiento. Una vez galvanizada la pieza/s, no deberemos volver a galvanizar, simplemente requerirán un simple mantenimiento de limpieza.
Garantía total. Al galvanizar la pieza/s nos aseguramos de que se habrán recubierto por fuera.
Aplicable a todo tipo de piezas. Esta técnica química se puede emplear en todo tipo de piezas, desde piezas de pequeñas dimensiones hasta grandes superficies.
Calidad-precio insuperable. Galvanizar un material no tiene por qué ser más caro que pintarlo y, además, lo tendremos de por vida con “cero” mantenimiento.