Teoría básica y fundamentos sobre Electricidad
Orientado a recordar o repasar en forma sencilla los fundamentos de la electricidad desde un punto de vista dinámico, y dirigido especialmente a personas que recién se inician en la materia. Los temas de teoría eléctrica que se tratan son teoría atómica, cargas positivas y negativas, ley de Coulomb, conductores y aislantes, corriente eléctrica, fuerza electromotriz, resistencia, ley de Ohm, potencia eléctrica, ley de Watt y el efecto Joule, entre otros.
Índice
1. La Teoría Atómica
2. Cargas eléctricas Positivas y Negativas
3. Medición de la Carga Eléctrica
4. Ley de Coulomb
5. Conductores y aislantes
6. Corriente eléctrica
7. Tipos de corriente
8. Fuerza electromotriz
9. Resistencia
10. Resistividad de un material
11. Ley de Ohm
12. Potencia eléctrica
13. Ley de Watt
14. El efecto Joule
15. Aplicaciones del efecto Joule
La Teoría Atómica
Todos los cuerpos del Universo están formados por materia, ya sean estos sólidos, líquidos o gaseosos. Por ejemplo, una barra de acero, un trozo de madera, un litro de agua, el aire que respiramos, etc.
El átomo es la porción más pequeña en que se puede dividir la materia conservando sus propiedades como elemento químico (*). A su vez, los átomos están compuestos por ciertas partículas subatómicas (electrones, protones, neutrones, etc.).
La parte central del átomo se denomina “núcleo atómico” y las partículas que se encuentran en esta zona se llaman “nucleones”. Los nucleones fundamentales son el protón (carga positiva) y el neutrón (carga neutra).
La región que rodea al núcleo atómico se denomina “nube electrónica” o “envoltura electrónica” y contiene de manera exclusiva a los electrones (carga negativa).
Puede ver esto en la siguiente figura:
El átomo más simple que existe es el átomo de hidrógeno (H), el cual está compuesto por un protón y un electrón. Existen otros elementos cuyos átomos contienen más partículas. Por ejemplo, el átomo de oxígeno (O) tiene ocho protones, ocho neutrones y ocho electrones.
Cuando los átomos se combinan, se forman nuevas sustancias (compuestos químicos), por ejemplo, cuando dos átomos de hidrógeno (H) se combinan con un átomo de oxígeno (O), se forma agua (H2O).
Cargas eléctricas Positivas y Negativas
Dentro de la teoría básica de la electricidad, está aquella que define las cargas positivas y negativas. Los átomos usualmente presentan igual cantidad de protones y electrones, en este caso decimos que se trata de un átomo eléctricamente neutro. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias un átomo puede ganar o perder uno o más electrones. Cuando un átomo gana uno o más electrones (exceso de electrones) queda cargado negativamente y cuando un átomo pierde uno o más electrones (exceso de protones) queda con carga eléctrica positiva.
Por tanto, llegamos a la conclusión de que existen dos tipos de cargas eléctricas: positivas y negativas. Las cargas eléctricas del mismo signo se repelen y las cargas eléctricas de signo contrario se atraen.
Medición de la Carga Eléctrica
Ya sabemos que cuando un cuerpo está electrizado posee un exceso de protones (carga positiva), o bien, un exceso de electrones (carga negativa). Por ese motivo, el valor de la carga de un cuerpo, se puede medir por el número de electrones que el cuerpo pierde o gana. Pero esta forma de expresar el valor de la carga no resulta práctica, pues se sabe que, en un proceso común de electrización, el cuerpo pierde o gana un número muy elevado de electrones. De este modo, los valores de carga estarían expresados por números sumamente grandes.
En la práctica se procura utilizar una unidad de carga más adecuada. En el Sistema Internacional de Unidades (SIU), la unidad de carga eléctrica es el Coulomb (símbolo C).
Cuando decimos que un cuerpo posee una carga de 1 C, ello significa que perdió o ganó: 6,25 × 1018 electrones.
Generalmente se suele trabajar con cargas eléctricas mucho menores que 1 C. En este caso, es costumbre expresar los valores de las cargas de los cuerpos electrizados mediante submúltiplos, en milicoulombs (mC) o bien en microcoulombs (μC).
1 mC = 10–3 C
1 μC = 10–6 C
La unidad de carga más pequeña conocida en la naturaleza es la carga del electrón (que es igual en magnitud a la del protón), su valor es: e = 1,60219 x 10-19 C
Ley de Coulomb
Consideremos dos cuerpos electrizados con cargas Q1 y Q2 (en coulombs), separados una distancia L (en metros) y situadas en el vacío, tal como se muestra en la figura. Supóngase que las dimensiones de dichos cuerpos son despreciables (cargas puntuales). La ley de Coulomb establece que estas cargas se atraen o repelen mediante una fuerza eléctrica F (en newtons), la cual es inversamente proporcional al cuadrado de la separación L y directamente proporcional al producto de las cargas Q1 y Q2 .
Matemáticamente la ley de Coulomb está dada por: F = k0. (Q1. Q2) / L2
Donde k0 es la constante electrostática de vacío, en el SIU su valor es: 9,0 × 109 N m2 C–2.
Si las cargas son colocadas en el interior de un medio material cualquiera (por ejemplo, agua, aire, aceite, etc.), se observa que el valor de la fuerza de interacción entre ellas sufre una reducción, mayor o menor, dependiendo del medio. Este factor de reducción se denomina “constante dieléctrica del medio”, y se representa por la letra K. Luego la fuerza de interacción entre las cargas es la indicada en el recuadro derecho.
Observar que la fuerza entre dos cargas prácticamente no se altera cuando pasan del vacío al aire.
Conductores y aislantes
Como ya dijimos en la sección anterior, los átomos se combinan para formar compuestos; así cuando varios átomos se reúnen para formar ciertos sólidos, como los metales, por ejemplo, los electrones de las órbitas más alejadas del núcleo no permanecen unidos a sus respectivos átomos, y adquieren libertad de movimiento en el interior del sólido. Estas partículas se denominan electrones libres. Por tanto, en materiales que poseen electrones libres es posible que la carga eléctrica sea transportada por medio de ellos, y por lo tanto, decimos que estas sustancias son “conductores eléctricos”.
Por otro lado, existen situaciones de conducción no metálica (por ejemplo, en algunos baños químicos) en las que las cargas son conducidas a través de una solución (electrolito).
Al contrario de los conductores eléctricos, existen materiales en los cuales los electrones están firmemente unidos a sus respectivos átomos; es decir, estas sustancias no poseen electrones libres.
Por tanto, no será posible el desplazamiento de carga eléctrica libre a través de estos cuerpos, los que se denominan “aislantes eléctricos” o “dieléctricos”. La porcelana, el caucho (hule), la mica, el plástico, la madera, el vidrio, etc., son ejemplos típicos de sustancias aislantes.
Corriente eléctrica
La corriente eléctrica consiste en el flujo de cargas eléctricas a través de un conductor. En el caso de los conductores metálicos (por ejemplo, un alambre de cobre), la corriente eléctrica está constituida por un flujo de electrones. En los conductores líquidos (por ejemplo, una solución de cloruro de sodio o sal común en agua) la corriente eléctrica está constituida por el movimiento de iones positivos (cationes) e iones negativos (aniones). En el caso de los gases (por ejemplo, en las lámparas de vapor de mercurio) la corriente está constituida por el movimiento de cationes, de aniones, y también de electrones libres.
En un alambre, la corriente eléctrica es un flujo de electrones, y en un electrolito la corriente eléctrica corresponde a un flujo de cationes y aniones.
La intensidad de la corriente eléctrica (representada por la letra I) en el SIU se denomina ampere (símbolo A) y se define como: 1 A = 1 C / s
Es decir, si en un conductor circula una corriente de 1 A, ello significa que por dicho conductor está circulando una carga de 1 C en cada segundo.
Generalmente se utilizan submúltiplos del ampere, tales como el miliampere (mA) y el microampere (μA), cuyas equivalencias son:
1 mA = 10–3 A
1 μA = 10–6 A
Tipos de corriente
Hay dos tipos de corriente eléctrica: corriente directa o continua (CD ó CC) y corriente alterna (CA).
La corriente directa es aquella que fluye en una sola dirección (unidireccional o de sentido constante). Este tipo de corriente es proporcionada, por ejemplo, por las pilas (que se emplean en las linternas, radios, etc.) o bien por las baterías o acumuladores del automóvil.
La corriente alterna es aquella que cambia periódicamente de dirección, desplazándose unas veces en una dirección y otras en dirección contraria. Este tipo de corriente es que la suministran las empresas de electricidad en casi todas las ciudades del mundo y es utilizada en nuestros hogares (electrodomésticos, equipos de sonido, televisión, computadoras, etc.) y en la industria.
Una corriente alterna puede transformarse en corriente continua por medio de dispositivos especiales, denominados “rectificadores”, obteniéndose una corriente rectificada.
Fuerza electromotriz
La fuerza que impulsa a la corriente a lo largo de un conductor es denominada fuerza electromotriz (FEM), su unidad en el SIU es el volt (V) y normalmente se usa el término “voltaje” en lugar de FEM. Se suele representar por las letras E o V. Sin embargo, es sumamente útil tener en mente la expresión “fuerza electromotriz”, ya que ésta fortalece la idea de una fuerza que empuja o jala las cargas alrededor del circuito para hacer que fluya corriente.
Esta fuerza eléctrica o voltaje, siempre aparece entre dos puntos, y se dice que es la “diferencia de potencial” entre dichos puntos.
El voltaje suele expresarse mediante múltiplos, tales como el kilovolt (kV) y el megavolt (MV), y también mediante submúltiplos como el milivolt (mV) y el microvolt (μV), cuyas equivalencias son:
1 kV = 103 V
1 MV = 106 V
1 mV = 10–3 V
1 μV = 10–6 V
Resistencia
La resistencia (R) representa la oposición al flujo de cargas eléctricas a través de un conductor. Tanto mayor sea el valor de R mayor será la oposición que ofrece el conductor al paso de la corriente a través de él.
En el SIU, la unidad de medida para la resistencia se denomina ohm y se representa por la letra griega Ω.
En la industria se utilizan los siguientes submúltiplos: el mili ohm (mΩ), el microhm (μΩ), y los múltiplos: kilohm (KΩ) y el magaohm (MΩ), cuyas equivalencias son:
1 KΩ= 103Ω
1 MΩ= 106Ω
1 mΩ= 10–3
1 μΩ= 10–6
Resistividad de un material
La experiencia nos muestra que, si consideramos un conductor como el mostrado en la figura Nº 9, el valor de su resistencia dependerá de su longitud y del área de su sección transversal.
Al realizar mediciones cuidadosas se observa que la resistencia de un material es directamente proporcional a su longitud e inversamente proporcional al área de su sección transversal, es decir: R = ρ . L / A
Donde p se denomina “resistividad eléctrica” del material. Su unidad en el SIU es Ωm.
La resistividad es una propiedad característica del material que constituye el conductor, es decir, cada sustancia posee un valor diferente de resistividad.
La tabla siguiente presenta valores de resistividad eléctrica de algunas sustancias, a una temperatura de 20 º C.
Material | Resistividad ( m) |
Cobre | 1.70 × 10–8 |
Oro | 2.44 × 10–8 |
Aluminio | 2.82 × 10–8 |
Tungsteno | 5.60 × 10–8 |
Hierro | 10 × 10–8 |
Platino | 11 × 10–8 |
Plomo | 22 × 10–8 |
Mercurio | 94 × 10–8 |
Níquel – cromo | 1.50 × 10–6 |
Carbón | 3.50 × 10–5 |
Germanio | 0.46 |
Silicio | 640 |
Vidrio | 1010 – 1014 |
Caucho duro | ≈1013 |
Azufre | 1015 |
Cuarzo fundido | 75 × 1016 |
Si se tienen varios alambres de la misma longitud y del mismo grosor, pero hechos de diferente material, el de menor resistividad será el de menor resistencia. Es decir, que cuanto menor sea la resistividad de un material, tanto menor será la oposición que este material ofrezca al paso de la corriente a través de él.
Ley de Ohm
La relación entre el voltaje aplicado (V), la corriente (I) y la resistencia (R) en un circuito eléctrico está dada por la ley de Ohm, la que establece que para un valor fijo (constante) de resistencia, la corriente es directamente proporcional al voltaje, es decir:
Por tanto, si el voltaje se duplica, también se duplica la corriente, si se triplica el voltaje se triplica la corriente, si el voltaje se reduce a la mitad la corriente también se reducirá a la mitad, etc. Esta relación se puede expresar gráficamente como sigue:
Potencia eléctrica
La potencia eléctrica, representada por la letra, es la tasa (velocidad) de producción o consumo de energía, como la potencia de un generador o la potencia disipada en una lámpara. La energía en el SIU se expresa en joules (J) y la potencia se mide en watts (W) o con frecuencia en kilowatts (kW), donde:
1 W = 1 J / s
1 kW = 1000 W
El consumo de energía eléctrica por lo general se suele medir en kilowatts–hora (kWh), el cual se define como el consumo de un artefacto de 1000 W de potencia durante una hora.
Sin embargo, es práctica común en la industria utilizar otras unidades para expresar la potencia eléctrica, como son los caballos fuerza (hp) y la Unidad Térmica Británica (BTU). Las equivalencias de estas unidades con el watt son:
1 hp = 746 W
1 W = 3.41 BTU/h
Ley de Watt
La ley de Watt, establece que la potencia en un aparato eléctrico se puede determinar mediante la siguiente fórmula
Es decir, si se conoce el voltaje aplicado y la intensidad de corriente que circula por el circuito, se puede calcular la potencia desarrollada en el equipo.
El efecto Joule
La resistencia es la componente que transforma la energía eléctrica en energía calorífica, por ejemplo, en un horno eléctrico, una tostadora, un hervidor de agua, una plancha, etc. El efecto Joule puede predecir la cantidad de calor que es capaz de entregar (disipar) una resistencia.
El efecto Joule establece que la cantidad de energía calorífica (Qc) producida por una corriente eléctrica depende directamente del cuadrado de la intensidad de corriente (I), del tiempo (t) que esta circula por el conductor y de la resistencia (R ) que opone el mismo al paso de la corriente. Matemáticamente esto es:
Recordar que la energía en el SIU se expresa en Joules (símbolo J).
La fórmula para determinar la potencia de una carga resistiva (a menudo denominada ley de Joule), está dada por:
La cual se obtiene de relacionar la ley de Watt con la ley de Ohm, y nos permite determinar la potencia disipada por un equipo eléctrico.
Aplicaciones del efecto Joule
Todos los dispositivos eléctricos que se utilizan para calentamiento se basan en el efecto Joule, es decir, estos aparatos consisten esencialmente en una resistencia que se calienta al ser recorrida por la corriente.
Las lámparas de incandescencia (o de filamento incandescentes), como la lámpara de tungsteno, conocida comúnmente como bombilla de luz, también constituyen una aplicación del efecto Joule.
Sus filamentos de tungsteno, que es un metal cuyo punto de fusión es muy elevado, al ser recorridos por una corriente eléctrica, se calientan y pueden alcanzar altas temperaturas (casi 2 500 ºC), volviéndose incandescentes y emitiendo una gran cantidad de luz.
Otra aplicación del efecto Joule se encuentra en la construcción de fusibles, elementos que se emplean para limitar la corriente que pasa por un circuito eléctrico; por ejemplo, en un automóvil, una casa, un aparato electrodoméstico, etc. Estos dispositivos están constituidos por una tirilla metálica, generalmente de plomo, el cual tiene un punto de fusión bajo; de esta manera, cuando la corriente que pasa por el fusible sobrepasa cierto valor (el amperaje propio de cada fusible), el calor generado por el efecto Joule produce la fusión del elemento, interrumpiendo así el paso de corriente excesiva. Por ejemplo, en una casa a medida que se van conectando a la red eléctrica varios aparatos, la corriente que “entra” a la casa a través del fusible, se va volviendo cada vez mayor. Si no existiera el fusible y el número de aparatos conectados fuera muy grande, la corriente que circularía en la instalación podría llegar a ser muy intensa. Esto produciría un calentamiento indeseable, e incluso peligroso, de los conductores. El fusible impide que esto suceda, porque al fundirse, interrumpe el paso de la corriente cuando alcanza un valor mayor que el límite superior de seguridad.
En la actualidad, además de los fusibles se emplean en las casas los llamados interruptores termomagnéticos (automáticos). En estos últimos elementos, el calentamiento de un dispositivo bimetálico produce su dilatación, haciendo que el circuito se abra.
El fusible y el interruptor automático también protegen a un circuito eléctrico cuando ocurre un “cortocircuito”. Este fenómeno se produce cuando por un motivo cualquiera, la resistencia conectada de un circuito se vuelve muy pequeña, haciendo que la corriente alcance un valor muy intenso, lo cual hace que el fusible o interruptor abra el circuito, impidiendo que se produzcan efectos perjudiciales.
Como se puede observar el efecto Joule tiene muchas aplicaciones beneficiosas, en los que se requiere el calor que desprende un conductor por el paso de la corriente a través de él. Sin embargo, en muchas otras aplicaciones es un efecto indeseado y la razón por la que los aparatos eléctricos y electrónicos requieran de un ventilador que disipe el calor generado y evite el calentamiento excesivo de los diferentes dispositivos.
Agradecimientos de información recopilada a www.electrocasas.com